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Revista del Área de Psicopatología de la Facultad de Psicología de la UdelaR (Uruguay)

 

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/TRASTORNO FRONTERIZO DE LA PERSONALIDAD/

Algunos lineamientos para pensar sobre los  trastornos fronterizos.

Ps. Gabriela Prieto Loureiro.

 

   

   Las estructuras de frontera según  André Green (1975), son formas de nombrar a los funcionamientos psíquicos que en los últimos tiempos han permitido teorizar mas aún sobre la  constitución del psiquismo, las relaciones objetales primitivas, el narcisismo, los traumas, los clivajes, y especialmente lo negativo. Para Green (1993), el Inconsciente, el principal concepto del psicoanálisis, se define por la negatividad.

   Las concepciones de Green (1982), sostienen la hipótesis de la existencia de un doble narcisismo : el de vida y el de muerte, están enriquecidas con la concepción del dualismo pulsional típicamente Freudiano (de vida y de muerte). Para este autor, las pulsiones, son el sostén económico de los narcisismos mencionados anteriormente. También, de la combinación de estas pulsiones surgen las conceptualizaciones de “objetalización” y “desobjetalización” (basadas en el concepto Freudiano de investidura).

   En las patologías de frontera, Green no alude a un  narcisismo trófico, aliado de Eros, sino a un narcisismo  relacionado con la pulsión de muerte, el narcisismo negativo. Nos plantea este autor la existencia de la  doble sombra del Eros, unitario del  narcisismo positivo. Este narcisismo apela a la investidura del objeto, así  como del Yo, implicando su doble  invertido, que aspira siempre a un retorno  regresivo al punto cero.

   Cabe señalar que Green propone no establecer diferencias de fondo entre la llamada patología narcisista y los casos fronterizos.

   Como puntos importantes en la descripción de estas patologías destaca: la exclusión somática, la expulsión a través del acto, la escisión y la decactetización.

   En estos pacientes se manifiesta  un déficit en la constitución del complejo de Edipo y un trastorno del pensamiento, ya que al no poder construir la ausencia, el pensamiento queda empobrecido y alterado; y lo que el paciente requiere del otro, para poder continuar con su existencia,  es su funcionamiento mental.

   A. Green señala que hablaríamos específicamente de la función del mecanismo de la escisión en estos pacientes; pacientes que parecerían oscilar con su funcionamiento  entre la psicosis, la perversión y la neurosis. Con este mecanismo de escisión, algo es rechazado y expulsado, y, por lo tanto, es impensable e inelaborable. Lo expulsado, regresa con una cualidad intrusiva y  persecutoria, por vía de la identificación proyectiva.

   El concepto de escisión va ligado a la confusión con el objeto y altera el juicio de realidad. Esto, implica la posibilidad de la aparición de episodios delirantes en muchos pacientes borderline.

   Para ilustrar este  funcionamiento hemos tomado  una viñeta clínica de un paciente de 21 años (Pedro) (Material de seguimiento - pasantía “Intervenciones a partir del Htal. Psiquiátrico” . Área de Psicopatología. Facultad de Psicología de la UdelaR)

Pedro es ingresado al hospital psiquiátrico por una crisis delirante. Esta era su primera internación. El diagnóstico de ingreso plantea: ”trastorno esquizofreniforme por abuso o dependencia de sustancias”. Luego se comprueban varios elementos vinculados al funcionamiento de un paciente fronterizo.

 

   Tomando lo que Green considera como lo rechazado y expulsado y su posterior regreso con una cualidad intrusiva a través de la identificación proyectiva, encontramos en Pedro los siguientes elementos:

   En su delirio, Pedro manifiesta: “Todo tiene un significado. Me lleva a mi , tiene un niño en el brazo”. “Uno está parado , otro con la mano en el corazón, tiene un bebe”. “Yo soy el sol y la mujer es la luna y hay un hombre parado con los brazos para arriba, la mujer y el bebe”. Se llega a comprender que se refería a las estatuas que se encuentran a los lados de la capilla del Hospital (José, María y Jesús en brazos). Esto refiere a un padre, una madre, un hijo y la relación entre ellos.

   Dice Pedro: “el corazón es una señal de que tengo que tener una buena mujer, y trabajo para dejar el porro porque si no se arma lío”.

   “Hasta que no haga el amor con una virgen, la luna llena no va a salir”. (El nombre de su madre está vinculado a los astros).

   Hay 2 ejes que se jerarquizan y se continúan en el tiempo que Pedro estuvo hospitalizado y luego durante largo tiempo en su domicilio: el trabajo y la buena mujer.

   La madre de Pedro es una mujer de rasgos histriónicos, seductora, manipuladora y que se prostituye por dinero. Mantiene con su hijo un vínculo atravesado por la seducción pero marcado por una incapacidad para hacerse cargo de las necesidades básicas y de afecto que Pedro reclama.

   Lo no asimilado del tiempo edípico en Pedro, retorna  de una forma intrusiva a través de lo delirante, desde donde intenta reconstruir una tríada edípica: el padre, la madre, el hijo.

   Para Green (1982;1990) la escisión es una reacción  básica  proveniente de la disfunción del objeto maternante que puede ser doble:

   A - Una falta de fusión: con la consecuencia de que en la experiencia del encuentro, el niño se enfrenta con un pecho en blanco. 

   B - Un exceso de fusión que implica la no renuncia por parte de la madre a la dicha paradisíaca de la indiscriminación con su hijo, recuperada a través de la experiencia del embarazo.

   Por lo mencionado anteriormente, cabe señalar que  la envoltura yoica opera expandiéndose o retrayéndose, permitiendo sobrellevar la angustia que genera la excesiva separación (pérdida) o la excesiva fusión (intrusión).

   La imagen deteriorada y negativa que Pedro tiene de su madre, lo conducen a reiterados episodios de ira y de odio contra ella, que simultáneamente se acompañan de temor ante su pérdida. Durante estos momentos predominan los pasajes al acto (agresiones, abuso de sustancias, automutilaciones, episodios de ira, etc.). Percibimos a través de estas manifestaciones que la elaboración es un proceso imposible de consolidarse en Pedro.

   En el hospital, Pedro le tira cosas a su madre y le grita: “ Ahora te angustias, y antes me echabas de mi casa”. Esto lo grita sin mirar a su madre: “Siempre se levantaba loca y yo nunca me levanté loco. Y bueno, ahora por la culpa de ella y mi padre estoy acá y soy el nene”.

   La madre es buena, luego es mala;  y una y otra vez, luego de haber regresado a su casa,  Pedro reitera conductas en función de estas vivencias: aleja su cama de la de su madre,  luego las junta nuevamente; y así trascurre la existencia de Pedro: entre la separación y la fusión.

   En el pasaje al acto se manifiesta la falta de simbolización y la mera descarga como forma de  sortear la realidad psíquica. El pasaje al acto en los pacientes borderline es entendido por algunos autores como Basili H. (2002. Comunicación en Congreso) como un modo de defensa ante el abandono. Plantea este autor: ”El hecho de la inconcientización de estos actings, depende del funcionamiento psíquico, que en el caso de los border se refiere a la disociación primitiva”

   En un momento, la madre de Pedro resuelve irse  a vivir a un balneario sin avisarle, como forma de lograr mas intimidad con su pareja. Pedro frente a esta situación, se queda en su casa sin querer hacer nada, sin levantarse, sin bañarse y  manifiesta en reiteradas ocasiones durante ese período: “es como si perdiera el mundo”. Aporta Otto Kernberg (1987. p.163): “El paciente se siente vacío e impotente cuando se lo separa de su objeto idealizado”.

   Las conceptualizaciones de Kernberg (1987)  sobre las personalidades fronterizas apuntan a definir la configuración estable de la personalidad. Este autor hace referencia a términos estructurales vinculados a la teoría de la internalización de las relaciones de objeto .

   Green (1982) plantea que el mecanismo de la desinvestidura narcisista o depresión primaria, que consiste en una desinvestidura radical (desde donde se intenta alcanzar un estado de vacío, de aspiración al no ser y de acceso a la nada) es el elemento típico del narcisismo negativo. Este narcisismo se plantea como la verdadera manifestación de la pulsión de muerte. Narcisismo de muerte  que conduce al sujeto a un estado de quietud, de reposo y de abandono de toda lucha. Elementos contrarios a los que introduce el narcisismo de vida.

   Utilizando una definición de D. Winnicott  (1971), el fronterizo estaría mas allá de lo que podría llamarse vida psíquica, intentando vivir desde la no existencia. 

   El padre de Pedro es un padre omnipotente, ajeno, que intenta no comprometerse con la situación, que se ha ocupado de sus hijas mujeres, pero que nunca ha establecido un vínculo adecuado con Pedro, y  ante quien Pedro reitera sentir terror y miedo. A pesar de que vive muy cerca de su casa, Pedro prefiere no visitarlo o verlo, ya que según manifiesta, solo está para exigirle cosas y reiterarle que no sirve para nada.

   Green planteará la necesidad de acceder a la terceridad paterna en estos pacientes para su mejoría; terceridad  que ha sido obturada por la defectos o excesos de la intensidad materna. Es frecuente que durante la etapa de individuación - separación la madre no haya sido lo suficientemente buena en tanto gratificación y contención para permitir la estructuración del aparato psíquico del hijo. Esto ha impedido la separación del objeto primario. En otra línea, la madre, puede haber impedido toda frustración  e inhabilitado el establecimiento progresivo del principio de realidad y  de las representaciones objetales.

   La díada madre e hijo, transforma el vacío en un espacio de unión ilusoria. Según Masud Khan (1978. p. 75-6), la capacidad de estar en barbecho depende de la de la madre, del padre que ayuda a la madre, y de la familia. También depende de la sociedad que provee un ambiente bienhechor. Esto que describe Khan, se ve afectado en los pacientes fronterizos, percibiéndose alterada la capacidad mencionada.

   Se manifestaría en los pacientes borderline una carencia en la constitución de objetos transicionales capaces de permitir la internalización gradual del objeto. Este tipo de pacientes no puede tolerar las ausencias sin un sentimiento de pérdida profundo.

   Durante el período (que describíamos anteriormente) de ausencia física temporal de su madre, Pedro cae en un episodio depresivo importante. Cuando Pedro se recupera, introduce en forma mas sistemática un objeto distinto a su madre, pero con el cual puede fusionarse: la droga. Con este elemento es con el cual Pedro puede llenar el vacío que su madre deja. Las fallas básicas que se establecieron en la relación con su madre no han podido constituir adecuadamente los procesos de individuación - separación, y esto permite, entre otras cosas, la aparición de las conductas adictivas. Plantea J. Vives (2002. Comunicación en Congreso) sobre la existencia de  conductas adictivas en estos pacientes : “conductas adictivas como consecuencia de perversiones en el sentido de demora, déficit en los procesos de pensamiento, fallas graves en los procesos de simbolización y pasajes al acto mas o menos delictivos”.

   Durante el período que se continúo el seguimiento de este paciente era notoria la dificultad para acceder al entendimiento del discurso de Pedro. La falta de integración de las representaciones contradictorias, se traducía en su discurso. Era difícil poderle otorgar un sentido al discurso de Pedro  con las contradicciones coexistiendo . Esto, devela un yo fragmentado con núcleos que no pueden comunicarse entre si. El discurso denotaba, que si bien las palabras y las representaciones aparecían contiguas en el tiempo, faltaba la función ligadora de la pulsión de vida. Es el observador, el entrevistador, quien en esos casos tiene que procurarse de los nexos faltantes en el discurso, a través de la utilización de su propio aparato psíquico.

 

Bibliografía citada  

Basili, H (2002,setiembre). El pasaje al acto en las organizaciones básicas de la personalidad. Comunicación presentada en Congreso de FEPAL. Montevideo. Uruguay.  
Kernberg, O. (1978). Trastornos graves de la personalidad. México :Ed. Manual Moderno.
Vives, J.( 2002, setiembre ) Psicopatologías de la posmodernidad. Comunicación presentada en Congreso de FEPAL. Montevideo. Uruguay.

Bibliografía consultada

Green, A (1973).  El Discurso viviente. La Concepción Psicoanalítica del Afecto. Bs. As.: Ed. Siglo XXI.
Green, A. El trabajo de lo negativo (1993). Barcelona: Ed. Omega.  
Green, A.(1982)  Narcisismo de vida, Narcisismo de muerte. Bs. As: Amorrortu Ed.  
Khan, M. (1978). Estar en barbecho. Donald W. Winnicott. Buenos Aires: Ed. Trieb.  
Winnicott, D. (1971) Realidad y juego. (Trad.) Azia, F., Barcelona: Gedisa